Los secretos de la eterna juventud
Encontrar los secretos de la eterna juventud ha sido una de las búsquedas más incesantes de la humanidad, pero hallarlo en los lugares y cosas más inesperados resulta muy sorprendente y así parece confirmarlo los últimos estudios científicos orientados a revertir los efectos del paso del tiempo.
La ciencia de la eterna juventud
En nuestra búsqueda de la eterna juventud, a menudo buscamos respuestas en la última moda o en la dieta de las celebridades. Pero la verdadera clave para mantenerse joven se puede encontrar en la ciencia.
Estudios recientes han demostrado que hay pasos que podemos tomar para retrasar el proceso de envejecimiento. Por ejemplo, un estudio encontró que el ayuno intermitente puede ayudar a proteger contra enfermedades relacionadas con la edad como el Alzheimer y el Parkinson.
El ejercicio también es crucial para mantener tu cuerpo joven. Se ha demostrado que el ejercicio regular mejora la función cerebral, aumenta la esperanza de vida e incluso ayuda a revertir el envejecimiento de las células.
Entonces, si quiere mantenerse joven, comience por seguir las últimas investigaciones científicas. Puede que no sea tan glamuroso como una nueva dieta o una moda de estar en forma, pero podría ser la clave para una vida más larga y saludable.
En los ojos del calamar
Se han descubierto en investigaciones, que los ojos del calamar poseen unos compuestos llamados aminoácidos de tipo micosporina que pueden proteger la piel de los daños causados por los rayos solares UVB y UVA.
Estos compuestos pasan por la cadena alimenticia del mundo marino desde las algas que lo usan para proteger a los corales de los rayos ultravioletas.
Los ojos de los calamares poseen grandes concentraciones de estos aminoácidos que preservan su retina de los dañinos rayos UV.
La buena noticia es que científicos del King’s College de Londres han descubierto que la piel es capaz de absorber estas propiedades y están procesando un producto con estos compuestos para su protección.
De esta forma neutralizar el efecto de las quemaduras de los rayos solares que nos hacen parecer más viejos.
En el brócoli
Parte del oxígeno que inhalamos se convierte en los temibles radicales libres que atacan el ADN, causando con el paso del tiempo los signos del envejecimiento, este proceso es frenado por los antioxidantes presente en el brócoli, pero sería necesario consumir un promedio de medio kilo al día para ver sus efectos.
Científicos de la multinacional Unilever patentaron una píldora con estas propiedades del vegetal que logra combatir los efectos nocivos de los radicales libres y ahora están estudiando darle otras aplicaciones en la batalla contra el envejecimiento.
Láser contra el vello y tatuajes
Científicos lograron el fabuloso descubrimiento de que la piel posee fotoreceptores iguales a los que hay en los ojos y que son capaces de reaccionar de distintas formas ante la luz de diferentes ondas de longitud.
Una de las reacciones de la piel al ser expuesta a ciertos tratamientos con rayos láser es la producción de colágeno que atenúa las líneas de expresión primeras señales de la edad.
El tratamiento con láser viene siendo utilizado desde hace varias décadas con fines cosméticos para la eliminación del vello y tatuajes indeseados.
Aunque los científicos aún están empezando a adentrarse en estas aplicaciones, y tampoco comprenden en profundidad este proceso biológico, ya están disponibles varios instrumentos con láser de baja potencia para aplicaciones domésticas y en clínicas.
¿Músculos y huesos?
Todos estos logros son sin duda parciales al solo contribuir a atenuar los signos del envejecimiento exterior, pero ¿Qué hay de lograr mejoras a nivel de los músculos y huesos?
Unos investigadores han hecho descubrimientos muy importantes utilizando ratones de 28 meses que equivalen a 76 años en humanos, a estos se les silenció el P16 gen de las células madres asociado al envejecimiento muscular y en efecto el impedir la actuación de este gen,
“las células madres musculares de los roedores de esa edad no sufrían ese dramático declive” (1).
La investigación que publica la revista Nature se ha efectuado en las patas traseras de ratones donde los procesos celulares son similares a los humanos.
Foto: Pixabay
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